Centro América, y específicamente Guatemala, fueron paso obligatorio para lo que los científicos llaman “la gran emigración mundial fósil”, en la que se cree que algunas especies de América del Sur emigraron hacia el norte y viceversa, encontrándose en Estanzuela la evidencia palpable de dicha migración.

Años más tarde, en 1971 Bryan Patterson y el Ing. Roberto Woolfolk, realizan investigaciones paleontológicas de rescate, donde localizaron restos fósiles y, por la importancia de los mismos, se consideró necesario implementar un museo para su adecuada exhibición.
Fue así como el 27 de junio de 1974, y por iniciativa del Ing. Woolfolk, descubridor, rescatador, restaurador, armador de las especies fósiles, se inaugura formalmente el museo y desde esa fecha pasa a ser una dependencia del Instituto Guatemalteco de Turismo –INGUAT-.